La Virgen del Prado volvió ayer a su camarín ante una abarrotada Basílica • En apenas diez minutos, la imagen cruzó la nave central del templo y subió la rampa que la devolvió a su trono, donde quedó instalada tras la celebración eucarística
A excepción del de ayer, nunca un gesto tan rápido levantó tanta emoción entre el público. Tan sólo diez minutos fueron suficientes para que la imagen de la Virgen del Prado cruzara la nave central de la Basílica y volviera a situarse junto a su camarín. Un instante que fue seguido de cerca, con mucha expectación, por miles de talaveranos que llegaron hasta la Basílica acompañando a la Virgen en procesión o la esperaron en el interior del templo para presenciar uno de los momentos más emotivos que se viven en el regreso de la Patrona a su iglesia.
Mientras los portadores de los estandartes se situaban en los pasillos a ambos lados del altar, el sacerdote Roberto de Tapia animaba a los fieles a aplaudir para recibir la entrada de la Virgen, que se aproximaba al templo con la Marcha de Nuestra Señora del Prado, compuesta por Daniel López Martín e interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores ‘Nuestro Padre Jesús Cautivo’.
Poco más de una hora después de partir desde La Colegial, la Virgen del Prado accedió al templo sobre su carroza, en la que marchaba de espaldas al altar para permitir su posterior colocación en la rampa por la que se subiría a la imagen hasta la zona del camarín. Desde el órgano salían las notas del Himno de España para acompañar el paso de la Virgen, una imagen que, como recordó el sacerdote, se venera en la ciudad desde hace más de 1.400 años.
Su entrada provocó un estallido de aplausos, que no cesaron hasta que la Virgen estuvo situada junto a su camarín. Para llegar hasta allí, primero hubo de engancharse a tres sogas la pequeña plataforma de madera sobre la que va atornillada la imagen. Esta tarea, de la que se encargó el capellán, Pablo Fernández, permitió izar a la Virgen por la rampa hasta situarse cerca del trono, gracias a la minucioso esfuerzo de tres personas que tiraban con meticulosidad de las cuerdas.
Sin perderse ni un detalle siguieron este proceso, que fue el mismo del sábado pero a la inversa, los miles de feligreses presentes, que dedicaron el aplauso más sonoro al momento en el que la imagen llegó a su posición.
En esta especial jornada, el vicario episcopal y rector de la Basílica, Felipe García, aprovechó la ocasión para pedir a la Virgen por el fin del terrorismo, coincidiendo con el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York.